martes, 25 de noviembre de 2008

Bajo el cielo

Aunque la noche estaba tranquila, tan silenciosa como las noches en la nada, el ruido estaba en su cabeza. No necesitaba que Freud se levantara de su tumba para explicarle el porque. Su cabeza esta en armonía con las revoluciones del motor. Solo con eso. Volaba y volaba muy lejos de donde estaba. Pisaba mas el acelerador. La oscuridad lo iba envolviendo, se alejaba de todo aquello que no le permitia ser él. A medida que la aguja del velocimetro sobrepasaba los 100, a medida que él hundía su pie en el acelerador, la oscuridad y la desazón se metían en su corazón.
El camino estaba tan oscuro que las luces de su coche no llegaban mas allá de un par de metros delante. La oscuridad parecía infinita, era como si se hubiese topado con el fin del mundo, una entrada misma al infierno. Algo que buscaba hace tiempo. Tenia ganas de gritar, de llorar, de cerrar los ojos y dejar todo en las manos de alguien mas. No podía mas, no quería mas. Dejaba que su tristeza dirigiera su pensar y su sentir. De fondo el lado oscuro de la luna mostraba sus secretos junto con los otros astros. No entendía como había llegado hasta ahí. Ya había pasado las luces de Saladillo, tan solo faltaban cuatro horas para arribar. Y el coche que solo partía la soledad del camino, mientras la ruta se mostraba impasible. La lineas que marcaban el camino eran su único limite, lo que le permitia saber que no estaba en otro lugar. Pero volaba y volvía a su lugar. Recordaba frases que le marcaron su vida, de los libros que descubrió en aquella librería escondida de la calle Corrientes. Que eran parte de su vida aunque no se lo había tomado con tanta seriedad. El siempre buscaba algo de números en las bibliotecas su zona. Agradeció el hecho de laburar en la calle que le permitió conocer la ciudad, aquella librería y a esa mágica mujer que pudo encontrar en aquel café, que entro para refugiarse del clima raro de Buenos Aires. Y para perdir las indicaciones correspondientes debido a su incapacidad de manejar cualquier tipo de plano o guia. Aunque aquella tarde ahora parezca tan lejana. Él la recuerda con tal lujo de detalles como si lo estuviera viviendo ahora.
Esa mujer, esa mujer con toda las letras. Llena de esa sensualidad que muy pocas personas podrán tener jamas. Tan sabia como si fuera parte de la revolución francesa. Tan irónica como aquel personaje de la serie que el solía mirar todos sus jueves sin falta en compañía de la familia. Esa mujer que lo hacia sonrojar con solo pronunciar su nombre. Que se dejaba amar por él, que lo había elegido a él. A este simple personaje que se define a través de lo que no es o de lo que debería ser. A este joven que solo podía imaginarse triste por que la vida lo había hecho así. A este hombre que había decidido huir, por que necesitaba paz.Si a él. Ahora huye para encontrar algo, un simbolo o una idea. Necesitaba hayar aquel puente color de cielo que había visto en sus sueños de libertad. Aunque le resultaba imposible ahora pensar en colores mientras tanta oscuridad reinaba. Falta mucho camino, falta ruta por recorrer... recién estamos en Azul. Estamos a mitad del camino bajo el cielo estrellado...

2 comentarios:

Lola dijo...

Parece que esto va mutando...
Antes había un hombre de hierro..
Ahoraes simplemente una sombra...

Lola dijo...

Vos sí que sabés halagarme como me gusta...

Más apuntando al contenido que a la forma... que es mejor que sea bella...pero no tiene sentido si lo que contiene no lo es aún más....